Tupy es un sueño hecho realidad.
Tupy es una empresa joven que “marida” lo tradicional con lo digital.
No hay nada más tradicional que la alimentación. Y España, si es rica en algo, lo es en su dieta: Fundamentalmente mediterránea. Bueno, España es tradicionalmente rica en cultura. En Historia, en Arte y, en la actualidad lo es en tecnología, en Deportes y en turismo…
Todas esas facetas tienen un denominador común: El académico, el historiador, el artista, el científico, el deportista y el turoperador necesitan alimentarse. Y no todos tienen el tiempo necesario, ni la pericia para cocinar.
Ahí entra Tupy.
Una empresa que conjuga todos esos aspectos habiendo nacido para alimentar a todas esas personas que hacen bien en dedicar su tiempo a lo que les gusta y, sobre todo, a lo que saben hacer mejor que nadie.
Pues lo mismo hacemos nosotros. No sabemos si sabremos cocinar mejor que nadie, pero sí sabemos que lo hacemos con el ingrediente que todas nuestras abuelas usaron al alimentarnos de pequeños: “mucho amor”.
En realidad ese es el ingrediente mágico de nuestra receta.
En Tupy nos gusta lo que hacemos, sentimos lo que hacemos, disfrutamos con lo que hacemos, pero por encima de todas las cosas, nos gusta que a vosotros os guste lo que hacemos.
Quizás sería un poco exagerado hacer como hacían nuestras abuelas… sentarnos al lado de nuestros clientes para disfrutar viendo sus caras de satisfacción. Pero ¿Sabéis cómo asimilamos esa satisfacción? Cuando un cliente nos llama por primera vez para hacernos un pedido de comida y, a la semana siguiente, nos vuelve a llamar para hacer otro pedido.
De nada serviría actualizar nuestra carta semana tras semana, siempre adecuada a las mejores materias primas del momento si una vez probado uno de nuestros guisos el cliente no repitiera. Y repite. Afortunadamente repiten. O mejor decir… repetís.
Porque Tupy no sólo sirve para daros de comer. Que por cierto, lo hacemos: daros de comer. También os alimentamos. Son dos cosas diferentes, se come para sobrevivir y uno se alimenta para vivir una vida sana y equilibrada. Si a eso le sumamos ese instante en el que el cliente entorna sus ojos, paladea nuestros alimentos y saborea nuestra receta, entonces es cuando comprendemos que nuestro esfuerzo no ha sido en vano y que vamos por el buen camino.
Camino que empezó en Aranjuez, después saltó a Toledo y Madrid y ahora nos permite, pasito a pasito, enviar nuestros Tupys de comida casera, libre de conservantes a toda la península.
Vivimos nuevos tiempos, inmersos en la revolución digital y Tupy hace gala de saber lidiar con la tecnología, con las redes sociales, con el marketing digital sin renegar del sabor tradicional de nuestras comidas.
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