Parece mentira que hace un año os dijéramos “En Tupy sabemos que ésta no será una Semana Santa corriente”. Literalmente. Cuando publicamos nuestra Tupy receta del potaje de vigilia, por Semana Santa.
Ha pasado un año, ¡un año! y la cosa parece que empieza a mejorar, pero no echemos las campanas al vuelo. Todavía falta un tiempo para volver a la normalidad.
Y mientras tanto ha vuelto y ya la tenemos entre nosotros.
No podremos ir de aquí para allá. No visitaremos a nuestros familiares, o ellos a nosotros. Ni aprovecharemos unos días de asueto para desconectar y recargar las pilas viendo procesiones o chapoteando en la orilla de una playa…
Este año volverá a ser anómala, pero por lo menos la sensación de congoja, incluso de miedo, ha quedado atrás. O por lo menos no la llevamos plasmada en nuestros rostros. Hay que ser prudentes y no confiarnos. Disfrutar con las pequeñas cosas que nos proporcionan estas fechas. Y de entre ellas, descartado el turismo y sin podernos reunir en familia… en Tupy optamos por la gastronomía.
Y es que la Semana Santa nos trae sabores que os hacen viajar. En el tiempo, y en el espacio.
¿Quién no ha cerrado los ojos alguna vez al saborear una torrija y se ha emocionado recordando el sabor a su niñez?
¿Y quién no se ha acordado de una madre, incluso de una abuela, al llegar estas fechas… y saborear un potaje?
Son sabores que nos llevan, ensoñados, a nuestra tierna infancia. A la casa de los abuelos, en el pueblo. Y evocan olores a incienso y cera derretida. Y entre campana y campana, una torrija con un café para entrar en calor y seguir viendo pasos…
No podremos traerte la Semana Santa a casa… pero sí su sabor.
Y las dos recetas que hemos mencionado son, si cabe, y seguramente que alguna variará en función de desde dónde nos leas, las más características de estas fechas. Por eso hemos incluido el potaje y las torrijas en nuestra carta, del 25 al 31 de marzo, por Semana Santa. Para que sientas y saborees ese pedacito de la Semana Santa.