El tren de la fresa es uno de los muchos atractivos turísticos y gastronómicos de Aranjuez.
Su Historia, su vínculo con Madrid… ¡Perdón! ¿Hemos dicho “su”? Queríamos decir “nuestra”, porque TUPY está en Aranjuez.
Aranjuez tiene protagonismo en los libros de Historia por méritos propios. Siempre vinculada a Madrid y a la Casa Real, gracias a la cual, cualquier ciudadano sabía de nuestra existencia y pensaba en Aranjuez con sólo mencionar a nuestros monarcas. Porque hicieron de nuestra ciudad un centro de peregrinaje. Epicentro de las decisiones sociales y políticas que se tomaban en España y que repercutían en toda Europa y América.
De esa época proviene esta bella tradición del Tren de la fresa.
Un reclamo turístico que rescatamos este año, tras el parón por el COVID en la pasada temporada. Velando por la seguridad y la salud de quienes decidan hacer un viaje en el tiempo en el Tren de la fresa.
Porque no nos engañemos… Si en Inglaterra promocionan el andén 9 y 3/4 de la estación de King’s Cross, en Londres, por la magia ficticia de Harry Potter, en Madrid y en Aranjuez, tenemos el Tren de la fresa. Y éste, a parte de mágico, sí es de verdad.
Con él conmemoramos la segunda línea ferroviaria en la Península Ibérica, símbolo de la industrialización de España, de la mano de la Corona. Y en él, los visitantes que se acercan hasta Aranjuez pueden degustar nuestras fresas, tan propias de Aranjuez. De ahí el nombre.
Es un viaje en el tiempo porque se remonta a finales del siglo XIX y principios del XX y los empleados van vestidos a la antigua usanza.
Por eso TUPY celebra la vuelta del tren de la fresa. Por su Historia, que es la nuestra. Por su tradición, que debemos apoyar y mimar, pues nos otorga una identidad secular. Y por qué no decirlo: por su vínculo con nuestra gastronomía, sana, natural y rica, ¿se puede pedir mas?